sábado, 26 de junio de 2010

silencio.



Perdida, mojada y fría,

Como una sirena

Enredada en una maraña

De algas y cuerdas submarinas.


Hay algo dentro que se me quiere morir.

O a lo mejor ya es cadáver, muerto y enterrado.


Quedan las últimas gotas de aire

En los pulmones.

Y no sé que hacer con ellas.


miércoles, 23 de junio de 2010

¿Burka si? ¿Burka no?

Tengo hace tiempo dudas rondando en la cabeza sobre este tema, independientemente de que sea un tema político actual o no, y me gustaría que me diérais vuestras opiniones.

Con el debate ya cerrado en torno a la niña musulmana a la que se le impedía entrar en nuestros colegios por el uso del velo o niqab, o sea cual sea el nombre de lo que la pequeña llevara cubriendo su pelo, me da por pensar en si esto es moral o inmoral.

Pienso desde siempre que el burka, el niqab y cualquier cárcel o cepo al que sometan a las mujeres, aunque sea una "cárcel de tela" (como dijo ayer Carme Chacón en la radio) es denigrante para TODAS nosotras, vivamos en España, en EEUU, en el Sahara o en Afganistán, y creamos en Alá, Yahvé, o el Sumsum Corda. Es una forma de forzarnos, de lavarnos el cerebro, de someternos, de hacernos ver que nuestro lugar está encerradas entre paredes (ya sean de ladrillo o de seda), en el silencio, en la invisibilidad. Es algo que detesto, ¡CUÁNTOS MALES NOS HABRÍAMOS AHORRADO A LO LARGO DE LA HISTORIA SI NOS HUBIÉRAMOS ESCUCHADO LOS UNOS A LOS OTROS, SOBRE TODO A LAS MUJERES!

Cualquier objeto, situación o persona que viole nuestros derechos a ser reconocidas como humanas, personas PARLANTES y PENSANTES, que sentimos y OPINAMOS debe ser "destruído". Sin lugar a dudas.


Ahora bien, toda esta situación me pone los pelos de punta. Cuando este tema cae en manos de los políticos solo puedo echarme a temblar.
Y esque me vino a la cabeza, a raíz del problema de la pequeña niña musulmana que nadie quería en los colegios... ¿Qué es esto? Negar la educación (que es lo que nos saca del pozo y lo que nos hace libres) a una niña por el hecho de cubrir su cabeza, ¡¿Qué es esto?! ¿No es educación lo que esta niña necesita para decidir por sí misma, para ser libre de llevar puesto o quitarse el burka? ¿O es simple y llanamente que no hace gracia tener personas musulmanas a vuestro alrededor? ¿Es racismo? ¿Es intolerancia a otras religiones? Porque es lo que creo que pasa.

Y si esgrimimos que no son temas de religión los que llevaron a estos colegios a negar la entrada a la pequeña, pensemos otro ejemplo. Imaginemos que una niña española tiene leucemia, y a causa de la quimio pierde el pelo y decide cubrir su cabecita con un pañuelo. ¿Negarías la entrada a tu colegio a esta niña? No, ¿verdad? ¡Y qué casualidad, también tapa su cabeza!

Supongo que son dos situaciones que no pueden compararse, que una es una enfermedad y la otra una religión... pero si lo piensas bien no difieren demasiado una de la otra.


Y lo tercero que pienso es que si tanto defendemos la libertad, debe ser en TODO. Este es el punto que más dudas me crea. Debe haber una libertad religiosa, en la que cada uno es libre de llevar su fe o su no-fe como quiera (mientras no dañe a terceros, que es lo que ocurre con el rollo del aborto, del que hablaré otro día porque si no combustiono). Entonces, si es cuestión de creencias el llevar el burka, ¿quién soy yo para decirles que se lo quiten? ¿Acaso voy por la calle diciendo a los católicos que se quiten los crucifijos? Porque de machismo entienden demasiadas religiones (y quien quiera entender que entienda).
Claro que una cruz no molesta a nadie, no impide su identificación ni te humilla como persona, pero... ¿Qué derecho tengo yo a decirles a estas mujeres que renieguen de sus tradiciones? ¿Cómo vas a implantar una ley que impida su fe a Alá? Yo no me veo con derecho. Y a vosotros, políticos, tampoco.

¡Si hubiera alguna forma de saber si lo llevan por su propia voluntad y no por los hombres (y su machismo) cuán veloz acabaría esto!


Y por favor, señores políticos...un poco de dignidad, que esto no se hace así. Que aquí no hay buenos ni malos. Gracias.

sábado, 19 de junio de 2010

Me siento androide

Cuando me levanto bajo la escalera y voy al baño. Descargo líquidos y me lavo los dientes para acabar con el aliento mañanero que me parece insoportable. Me miro al espejo: "joder, qué ojeras". Aparece la variable, me retiro el flequillo de la cara si voy a quedarme en casa o me lo peino por encima si voy a salir.

Desayuno. Leche con Nesquik y los mismos cereales que todas las mañanas de todos los días de todos los años que recuerdo. Me lavo de nuevo los dientes.

Me siento en la silla y enciendo el ordenador. Me quedo mirando la pantalla, que me devuelve una mirada especular de zombie. Mi madre grita, discute con mi padre. Y yo paso. Abro el spotify y el word, esparzo apuntes sobre el escritorio. Pincho dos veces. World of Warcraft. Mientras carga doy clicks en la cara de Arthas para matar el tiempo. Nivel 75. Paso. Salgo.

Miro mis apuntes, leo dos páginas, el ordenador me llama de nuevo. Blogs. Leer. Debería ponerme a escribir algo. Quizá luego. Mi madre se va, adiós adiós.

Me siento androide, ajena al mundo. "Puta rutina", me digo, mientras pierdo la vista en los folios en blanco. Los apuntes me señalan inquisitorialmente: ponte a estudiar, perra. Pero hago un mohín y los ignoro.

Siento que todo lo sé, como si fuese una estúpida quinceañera que acaba de salir de la discoteca. En realidad no. Es como que estoy de vuelta de todo. Como Pérez Reverte, que ya nada le sorprende.

Me cuesta ponerle ilusión a las cosas, o a la gente. No me gusta recibir puñaladas traperas cuando voy con los brazos abiertos, ni me gusta hacerme falsas esperanzas o qué sé yo.

Estoy a veinte millones de años luz de todo, mordiéndome las uñas con indiferencia porque no tengo otra cosa que hacer. Odio esta rutina, pero me conformo. Me siento como aquél personaje de Albert Camus... ¿Cómo se llamaba? Da igual, no me gustó la novela.

Y cuando salgo, a fingir. A poner sonrisitas y a decir chorradas que ni siento. Porque estoy al otro lado del cristal. Porque todo me parece vacío e ilusorio.

Yo qué sé.
Estoy gilipollas.
Me siento androide.

lunes, 14 de junio de 2010

Preparaos

Burlones.
Rastreros
Atrofiados.

No puedo evitarlo.
Cuando os miro, me parece que estoy viendo a las hienas del Rey León.


Una cosa tengo clara.
No voy a ser vuestra carroña.