lunes, 20 de diciembre de 2010

Hay días de mierda
en que dan ganas de
fundirse con el agua del retrete
y tirar de la cadena.

E irse por la alcantarilla.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Hombres de metal.

Hombres de metal.
De cabellos largos, barbas,
sudor fragante de batalla,
pelos, y ojos fieros.

Hombres de metal.
Duros como piedra
que tienen un imán en la boca
y palabras dulces, y gestos tiernos.

Hombres de metal.
De esos de los mitos crepusculares,
sombras de antiguos guerreros,
Tormenta y caricias en el lecho.

Hombres de metal,
así es como yo los quiero.

un viejo escrito que encontré por ahí...

viernes, 10 de diciembre de 2010

Calabobos

Observo la lluvia al otro lado del cristal.
Es casi aguanieve, que no moja pero sí cala.


Allí fuera huele a frío, y solo me apetece
un chocolate caliente, amable y dulce.
Bajo techo.
A tu lado.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La luna ya no brilla por ti y tu ya no aúllas por ella

Solo una palabra basta para herir un corazón de lobo que está solo. Y digo solo.

Te has quedado sin manada, el bosque ya no ofrece cobijo alguno. Es hora de marchar.

Ha sido la última gota de sangre que quedaba por caer. Has sido. La última.

Como tantas veces que dijiste “adiós” al viento, hoy te vas sin llanto en el rostro, sin hematomas ni cardenales en los dedos.

Eras el último planeta que me quedaba por caer. La última tierra en destruirse, el último trozo de hielo al sol. Y ahora la nieve cae, se acercaba el invierno que avisaba con volver. Llevaba tiempo soplando entre las hojas un temor, llevaba tiempo intentando creer que se trataba de un error. Y ahora la hierba se seca, se mueren las flores, por un momento me quedo sin ver. Y lo triste es que estoy ya cansada de heridas por lamer.

Y prometo no volver a mover la montaña para ti, prometo no ayudarte a buscar la presa, prometo no convertirme en ella. Prometo no volver a compartir cubil ni lobera cuando no hay agua fresca cerca. Prometo no llorar por nada, sé que no secarás mis lágrimas nunca más. Prometo que no tendrás que volver tras mis pasos jamás, prometo que no alzaré mi voz por llamarte… antes muero de hambre.

Prometo que nunca te preocuparás ni sabrás la razón por la que mis manos se crispan. No volverán los fantasmas sonrientes de ayer. La respuesta estará en el horizonte pasado, nunca en los labios de un lobo abandonado.

La luna ya no brilla por ti.

Y tu ya no aúllas por ella.

Me acompañaste tanto tiempo por estos bosques de la vida, que sin ti puede que quede sola, y las noches sean más frías. Pero estoy cansada de aguantar en balde el huracán y la tormenta. Creo que es mejor decir adiós a enzarzarnos en peleas. Así que ya me voy, que todo vaya bien, el sol me guiará…

Solo una palabra basta para herir un corazón de lobo que está solo. Y digo solo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Dedicando canciones

Hace tiempo (años incluso) que quiero dedicar una canción a alguien. Desde que oí la letra, se me viene a la mente una persona. Era alguien muy peculiar, una especie de rebelde pero también era muchas otras cosas. Antes de dedicarle esta joya de canción llena de sentimientos y emociones, quiero que os hagáis una idea de qué clase de persona era. No sé si llegaréis a imaginarlo, porque creo que está más allá de toda imaginación, nadie podría hacerse una imagen de cuán singular era este chico. Pero allá vamos.

* Te manda preciosos mensajes románticos como: "dile a tu madre que cuelgue el teléfono de una puta vez"

* Su frase más hermosa es: "¿Quién va a quererte a parte de mí?"

* Cree que "imbécil" es un apelativo cariñoso.

* No has bebido más que un vaso de sangría. Te obliga a decirle que estás borracha y no sabes lo que haces porque piensa que tonteas con su amigo. Es un cayo malayo. Él ha estado tirándole los trastos a otra. Culpa tuya, que tienes pocas tetas.

* Tienes 16. Es tu primera vez. Te compara con su ex. Ella lo hacía mejor, menuda estrecha eres. No, él no ha dicho eso. Oyes cosas.

* "Vete a tomar por culo" es lo más bonito que puedes decirle a tu chica.

* Reconocer que te tiene que tratar mal para que lo respetes es el primer paso. El segundo es que lo reconozcas tú. Lo hace por el bien de ambos, no deberías ofenderte. En serio.

* Pedir perdón es para débiles. Tú eres débil y tienes que pedir perdón por los dos. Aunque no tengas la culpa.

* A él no se le levanta porque tú eres anorgásmica. Y no te atrevas a insinuar que quizá sea al revés.

* Muere alguien de tu instituto. Como te ve llorar, te chilla: "¿Lloras porque te lo querías tirar o qué?"

*Te miente diciendo que se ha ido de fin de semana fuera. Le haces la gran pillada. Está de farra con los amigos. Es tu culpa, estás loca y oyes cosas.

* Es tan bueno y lo ha pasado tan mal en su vida que jamás podrá confiar en ti. No eres digna de su confianza. Perra.

* El reggaetton es su estilo de vida. El tunning también.

* ¿Para qué tener sexo cuando puedes hacerte pajas? ...¿Narcisismo? ¿Qué es eso?


Está bien, sé que este fenómeno de la naturaleza humana no es único en su especie y no debería idolatrarlo tanto. Y aunque podría haberle dedicado muchísimas canciones, he elegido esta. Creo que, aunque no narra todos los aspectos de esta sanísima relación que tuvimos, narra lo suficiente.


Sé que nunca encontraré a nadie como tú. Ésa es la idea.
Besos shulo. XOXO.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Tendencias de sastre

Redibujo mi contorno en papel cebolla con rotulador
voy uniendo pieza a pieza de
la cabeza justo hasta los pies.


Y sigilosamente hilvano con mis manos
los pedazos del patrón.
Que me siente como un guante
porque si no yo tiendo a...


desprenderme como un alfiler
que nadie lo ve ni escucha caer.
Descoserme como aquel botón
que rodará bajo el sillón

Sin embargo voy y estrecho tanto el ancho
que me cuesta respirar
y me frunzo como acordeón
y hasta me recojo en dobladillo.

Cuando me da el punto bobo robo cremalleras con las que callarme,
las penas con las que vestirme,
las telas de las que...


desprenderme como un alfiler
que nadie lo ve ni escucha caer.
Descoserme como aquel botón
que rodará bajo el sillón.


...Pauline en la Playa. Tendencias de sastre

sábado, 13 de noviembre de 2010

Scuba-girl

a B. le gustaba mucho bucear. Bajaba del coche y, a toda prisa, se quitaba la ropa para quedarse en bañador. No se quedaba nunca mirando la costa antes de zambullirse, éso para después, cuando estuviera agotada y húmeda secándose al sol y pudiera valorar la playa habiéndola conocido. Muchas veces no se ponía ni siquiera las gafas o el tubo, porque había descubierto que la sal sólo te molesta en los ojos cuando sales del agua. Cuando estás dentro es como la bañera, pero más grande.

A B. le fascinaba cómo se filtraban los rayos de sol desde la superficie hacia el fondo, cómo bailaba la luz entre el agua. Solía quedarse embobada mirando hacia arriba, suspendida unos metros bajo las olas, o bailaba ella también allá abajo, entre los peces de colores, entre las rocas y el coral. Veía ondularse y estirarse su pelo que se hacía pelirrojo en aquella atmósfera subacuática.

En los mares del Caribe jugó al tetris entre veintenas de medusas rojas, esquivando y amoldando su cuerpo al lento ir y venir de sus tentáculos, saliendo ilesa y feliz mientras que los más inexpertos (sobre todo ésos pobrecitos turistas ingleses que lo único que saben del mar es que está mojado) se llevaban las picaduras. Sonreía mirando sus culos urticados mientras acariciaba con las manos desnudas las algas multicolores y hacía túneles entre los bancos de peces, que se apartaban a su paso porque era demasiado rara para ser uno de ellos.

Pero lo que más le gustaba a B. era explorar las cuevas que encontraba entre los escollos. A veces encontraba tesoros de concha y piedra, vidrios que parecían joyas, o algún objeto perdido besado por los peces. Las cuevas eran peligrosas, y era muy consciente de ello. Porque allí, en la oscuridad, vivían los predadores. Solían esconderse cerca de los tesoros, o al final de una cueva majestuosa. B. había aprendido a cuidarse de ellos, así que en cuanto intuye una forma parecida a sus morros llenos de dientes sale huyendo, olvidándose los tesoros, los peces de colores y los sueños.

Cuando sale del agua puede verse la gran cicatriz de un mordisco de tiburón en el lado izquierdo de su pecho, que el agua de mar curó pero que sigue doliendo en invierno.

Examen teórico

Si Ud. observa que, al aproximarse a un paso para peatones en una vía urbana, un chungo cavernícola cantando Camela tiene intención de cruzar...

a) Revolucionará el motor, dando largos toques de claxon y haciendo destellos con las luces de carretera para que sepa que no tengo intención de dejarle paso.

b) Debe hacerle señas con la mano para que cruce la calzada, y cuando esté frente a usted, acelerará al máximo para que ni él ni su gorra sobrevivan.

c) Ambas respuestas son correctas.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Haciéndonos viejos

Hay días que me da por pensar como los viejos. Por decir: cuando yo tenía tu edad no éramos tan maleducados ni estúpidos como vosotros. Eso creo, pero en el fondo no estoy segura porque tampoco me parecía que era tan bajita como ellos, ni que teníamos esas cara de bollos que dan ganas de pegarles un bocao cuando los ves en la ESO fumando y haciéndose los mayores.

Me doy cuenta de que estoy creciendo. "Creciendo", entre comillas, porque no sé si continúo en edad de "crecer" o he pasado la frontera hacia "envejecer". Tengo sólo veinte años, veinte días del nombre como diría George RR Martin, pero empiezo a notarme mayor No es que me duelan los huesos (en su lugar pondremos un constipado continuo) pero lo intuyo en mí misma.

Han empezado mis primeros roces con el mundo laboral, y creo que me ha arañado la primera lagarta de ése ecosistema que es el trabajo. Y yo, que parezco un búho de día, que vivo medio perdida entre este mundo y otro que yo misma he inventado, me veo un poco en bragas. Supongo que es como todo, cuestión de espabilarse con hostias en la cara.

Todo está cambiando, tanto dentro como fuera de mí. Primero lo noté en internet, en las redes sociales, en la tele y en la prensa digital. Luego fueron los coches, los planes de estudios, el lenguaje de los niños y los juguetes de navidad. Después me cambiaron a buenos cantantes como Shakira para convertirlos en Loba o Loca con sus letras vacías y pegadizas. Mago de Öz pasó de ídolo de masas a escupidera, el manga dejó de ser rechazado para ser celebrado en salones, los libros han ido de las estanterías a las basuras y la tele cada vez pasa más tiempo apagada.

He conocido chungos, raperos, góticos, lolitas, punks, pijos, emos, frikis y heavys. Se mantiene el espíritu tribal pero los símbolos van cambiando.

Y cada uno, en esta marea de gente y tiempo, intenta encontrarse a sí mismo o perderse para siempre. Como le pasó a esta buena mujer, que antes era preciosa en todos sus aspectos y ahora se ha convertido en una burda imitación de Britney Spears. Sigh*



Cuántas veces he llorado escuchando esta canción, cuántas veces la he cantado a gritos el disco mientras pasaba la aspiradora. Y ahora solo me dan ganas de preguntarme dónde se ha quedado esa chica que era sexy y preciosa y que además tenía valores con los que me identificaba, yo y todas las que teníamos muy claro no ser Barbies. Antes molabas, amiga.

domingo, 24 de octubre de 2010

Arriba-Abajo

Imagínate que estás, como de niña, subida en el columpio. Y te ríes y te ríes, el mundo pasa a tu alrededor a una velocidad tremenda, todo viene y va. En tu cara está la sonrisa más grande que jamás imaginaste tener, y el viento te sopla la melena hacia atrás y hacia adelante, como una caricia de sus dedos incorpóreos.

Y entonces, por unas cosas o por otras, saltas. Y crees que vas a caer de pie, pero te pegas un tropezón y sales rodando por el suelo. Te clavas las piedras y te haces unos moratones enormes en las rodillas. Te ríes otra vez para que no te vean llorar.

Y es ahí cuando el matón imbatible de la clase aprovecha el lugar que has dejado, se sube en el columpio, y tú te quedas mirando. O cuando el columpio no se para y tienes la certeza de que, si te acercas, te pegarás con él en los morros.

La vida para mi es eso. Intentar subirme otra vez en un columpio que se mueve. Saltos en los que caigo de espaldas a la arena del parque, o si hay mucha suerte, el hierro me golpea el culo o los riñones. Y vuelvo a gritar "¡¡AU!!" antes de seguir intentándolo.

Así que, cada vez que me acerco, ya tengo miedo de que me pegue en los morros.
O por detrás, que duele mucho más.

viernes, 22 de octubre de 2010

Irracional

"Lo primero que cambió Verónica de Óscar fue su aspecto. Luego se centró en sus hábitos alimenticios. Y cuando creía que estaba todo organizado, Verónica se encontró con algo de Óscar que no podía cambiar: su Pasado."
- Cuestión de Sexo

Si hay algo que nos aterra y nos duele, es el pasado. Aquello de los demás o de uno mismo que no conocemos, donde se hunden las raíces de todo lo que no podemos entender. Antes o después nos damos cuenta de que lo que vemos son frutos de la savia recogida en esas raíces. Y nos entra miedo.

Tenemos miedo a que nos engañen, miedo a ser segundos platos o premios de consolación. Miedo a que aquella o aquél que estuvo antes de nosotros se refleje en nuestra cara cuando quien queremos nos mira. Celos irracionales del tiempo, ansiedad por no poder controlarlos, odio ciego a lo anterior.

A veces me da por tener miedo a darme cuenta de que lo que creo real no es más que una ilusión, de que se me caiga un velo al suelo y darme cuenta de que estoy sola. Miedo a que lo antiguo vuelva y se lleve lo que tengo sin que yo pueda hacer nada. Miedo a que aparezcan caras, como si de Poltergeist se tratara, en las paredes cuando quiero dormirme. Miedo a oír determinadas palabras. Miedo a convertirme en un perro de mí misma.

Y es algo irracional.




jueves, 21 de octubre de 2010

Con los ojos quemados

Si tuviera una enfermedad degenerativa que me hiciera ir quedando ciega poco a poco...
si la tuviera...
¿Habría alguien que me acompañara a ver toda la belleza del mundo?
¿Alguien me llevaría a contemplar cada paisaje?
¿Alguien me animaría a memorizar el alba, los colores del cielo?
¿Quién se preocuparía por enseñarme el arte del mundo?
¿Lograría retenerlo todo en mi memoria?

Si lo pienso me da miedo el tiempo. Quedarme sin tiempo para ver todo lo que existe, para conocer las cosas hermosas, para aprender cada día algo nuevo. ¿Y si me quedo sin tiempo? ¿Y si me muero mañana, de repente, atropellada por el autobús?

Si supiera que de repente todo lo que conozco desaparecería y me quedaría encerrada en una bola de oscuridad, abriría más los ojos a mi planeta. Disfrutaría aún más de los paseos bajo los árboles, viendo cómo la luz del sol se filtra entre sus hojas creando diminutas ventanas a las estrellas en pleno día.

Haría el muerto en el mar, sentiría las olas meciendo mi cuerpo mientras miro el cielo y retengo sus colores. Me fijaría más cuando el cielo se vuelve verde en el crepúsculo, una hora mágica, como cuando se tiñen de púrpura las nubes.

Hoy desde el metro he visto el cielo abierto sobre el lejano tanatorio, chorros de luz dorada se desparramaban en ésa ilusión óptica que mi ángulo me ha permitido.

Tengo la vista sedienta, quemada de tanto asfalto. Días inagotables, una sucesión de amaneceres y salidas de la luna.

Que alguien me saque de aquí, por favor.

sábado, 2 de octubre de 2010


No te preocupes cariño.


Si hago algo malo luego te compro flores.







-Cuestión de Sexo-

viernes, 24 de septiembre de 2010

Sabias palabras.

No temas.
Pues tu miedo es luz para los ojos de la bestia,
alimento para sus muchas bocas.

Sé feliz.
Tu amor es brisa para el pelo del ángel,
arena fina para sus pies descalzos.

...........Ciruelo. Cuaderno de Sueños.

martes, 21 de septiembre de 2010

Tormenta eléctrica

Me levanto y respiro por primera vez. El aire sabe a ti. He soñado que estabas a mi lado esta noche, y he despertado sin ti.


En la cocina me esperan tostadas y huele a quemado. Mermelada de naranja, sabor agridulce, el que tu lengua me ha dejado. Me desperezo para devolver los pies al suelo, y me pego una hostia contra el cristal de mi realidad.


¿Cómo olvidarme del tacto de tu piel? ¿Cómo olvidar el vapor de tu aliento? Intento que la primavera no estalle sobre mi costado, pero es que soy metal y tienes un imán en los labios. [Déjame relajar la respiración]


Azufre, miel y pólvora mojada flotan en el aire estancado de mi habitación. Y yo sin ti. Hay dos escarabajos sagrados encerrados entre tus párpados, y un halo de luz en tu pelo. El Caballero Oscuro, a tu lado, un imitador.


Y hay minutos que retroceden y se arrastran contra mi marea. Tiran hacia atrás y me aprisionan las corrientes en la jaula de tu recuerdo. Como dos batracios contra el asfalto, como dos mosquitos en el ámbar, como una serpiente y su cola, pegados pegados.


Levanto la vista al cielo y miro al sol que me abraza en su calor. Hay una esquinita llena de flores sumergidas, que mi boca calla por no causar tu estampida. Un deseo al viento viajando en una estrella fugaz. Que te lo diga él.

Una tormenta eléctrica.
Aquí huele a naufragio y mi corazón ya ha encallado.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Vudú

Ya oigo los tambores, a lo lejos. Una marcha vudú desde el tejado.

¡NIÑO, ¿QUÉ ME HAS ECHADO?!

Intento respirar al compás pero sólo me acelero

Cuando veo asomar por esta ventanita un fragmento de tu pelo.

lunes, 23 de agosto de 2010

Puñaladas

Fue una mirada de ésas que, cuando te alcanzan, te apuñalan el alma. La perforan tan profundo que es imposible quitarte las esquirlas. Te dejan estacada de parte a parte, y recuperarse es eterno.

Tenía dos ojos tristes, dos estrellas negras de neón, que te sorbían hasta el alma y te bebían por dentro. Dos soles de sombra tristes, solitarios, silenciosos como dos panteras al acecho. Y la nariz recta y gacha, afilada como una flecha que apuntara a su boca.

¡Ay, su boca! Mostrando una sonrisa triste deseosa de ser querida, mimada, besada. Como un perro apaleado, respiraba nervioso mientras me pedía amor. Y yo, prendada de su ser, se lo regalaba.

Recuerdo su respiración agitada, la necesidad pintada en su rostro, sus pantalones ya apretados, sus manos ansiosas recorriendo mi espalda, mi cara, mi pelo.

Si ya me has apuñalado el alma, apuñálame el cuerpo. Da el golpe de gracia, hazme gritar el nombre de mi verdugo.

jueves, 19 de agosto de 2010

identificadas?


¿Sabes?
Pues yo creo que no estás tan mal.
:)

lunes, 16 de agosto de 2010

la vida

Se me escapa el corazón por la boca sólo de pensar que se me va el tren.
Me dan miedo todos los raíles, las vías que se bifurcan, estar de polizón y no saber dónde acabaré.
Me dan miedo las estaciones, que siempre se alejan por la ventanilla y no vuelven más.
Creo que no voy a volver, sólo tengo billete de ida... y vamos a tanta velocidad...

Podemos estamparnos en cualquier momento, desviarnos del camino o descarrilar.
Cierro los ojos y respiro hondo, apaciguo mi estómago para no vomitar.

AGUANTA, AGUANTA.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Estimado Señor Movistar:

Sé que usted abusa de mi confianza con los precios, por lo cual haga el favor de realizar bien su trabajo. Pasa una era desde que doy a enviar mis mensajes hasta que llegan al destinatario, y a no ser que vaya usted en mano a dárselo montado en bici, no existe excusa para dicha tardanza. Para lo que me cuesta cada uno debería ir por lo menos en jet (privado).
Avisado queda que como siga usted con este proceder, mi movil y mi persona lamentaremos pasarnos por casa del Señor Yoigo. E intuyo que el resultado no le va a gustar.

Atentamente, futura desertora de sus filas.

P.D.: Los mensajes de Información Movistar si que llegan todos, los jodíos.

martes, 13 de julio de 2010

Pan y Circo

En la tele Zapatero y Rajoy se dan palizas dialécticas todos los días, se tilda de amoral a todo aquél que no piensa como nosotros. El “Sálvame Deluxe” no se distingue del todo de nuestros debates parlamentarios. Sólo faltaría que Aznar se operara la nariz, ¿me entiendes? Y mientras media España se pega con la otra media ante los aplausos de nuestros grandes políticos, porque siempre son Los Otros los que tienen la culpa de todo. ¡Viva, viva, pan y circo! ¡Patadas giratorias para todos!


Y entonces acaba el mundial, y es como un gigantesco botafumeiro de opio. Con un gol todo son sonrisas, gritos de júbilo, fiesta inagotable, cañas y Shakira bailando. Alegría, en una palabra. Es curioso como un país en el que la mitad desprecia nuestra banderita rojigualda se pinta de pies a cabeza y vitorea a La Roja. Los que antes se pegaban, hoy se abrazan como hermanos. Zapatero ya no lo hace tan mal, y Rajoy no es tan paleto. La crisis se pone la capa de invisibilidad de Harry Potter y nos mudamos a la calle de la piruleta.

Yo no digo que sea un momento histórico… un mundial tampoco es para tanto (no me linchéis), no escribe ninguna página de la historia del país ni nada. Pero lo cierto es que hoy TODOS, sean de derechas, de izquierdas, de la otra acera, o de su propia calle sonríen. La tele llama a nuestros deportistas “héroes”, como si viviéramos la Eneida o las Filípicas…


Al principio me reí, “qué exagerados”. Pero luego caí en la cuenta de que en esta España tan dividida e intransigente que tenemos, es un héroe quien haga sonreír al país entero. Y en este caso, nuestros futbolistas lo han conseguido.


Yo nunca veo el fútbol, no es que este deporte me mate… pero en este partido una fuerza misteriosa me hizo no despegarme de la pantalla. Me alegro de haber visto un gran juego de España. Me alegro de haber memorizado los nombres de algún futbolista. Me alegro del beso de Casillas a la pobre Sara (que menudo palo para ella, pero qué bonito quedó). Pero sobre todo, me alegro de haber visto este partido por no perderme la joyita del comentarista: “el Dios del fútbol debería premiarnos”.

Y bien que nos ha premiado.

miércoles, 7 de julio de 2010

Hoy confieso:

lloro como una magdalena
viendo El Señor de los Anillos

sábado, 26 de junio de 2010

silencio.



Perdida, mojada y fría,

Como una sirena

Enredada en una maraña

De algas y cuerdas submarinas.


Hay algo dentro que se me quiere morir.

O a lo mejor ya es cadáver, muerto y enterrado.


Quedan las últimas gotas de aire

En los pulmones.

Y no sé que hacer con ellas.


miércoles, 23 de junio de 2010

¿Burka si? ¿Burka no?

Tengo hace tiempo dudas rondando en la cabeza sobre este tema, independientemente de que sea un tema político actual o no, y me gustaría que me diérais vuestras opiniones.

Con el debate ya cerrado en torno a la niña musulmana a la que se le impedía entrar en nuestros colegios por el uso del velo o niqab, o sea cual sea el nombre de lo que la pequeña llevara cubriendo su pelo, me da por pensar en si esto es moral o inmoral.

Pienso desde siempre que el burka, el niqab y cualquier cárcel o cepo al que sometan a las mujeres, aunque sea una "cárcel de tela" (como dijo ayer Carme Chacón en la radio) es denigrante para TODAS nosotras, vivamos en España, en EEUU, en el Sahara o en Afganistán, y creamos en Alá, Yahvé, o el Sumsum Corda. Es una forma de forzarnos, de lavarnos el cerebro, de someternos, de hacernos ver que nuestro lugar está encerradas entre paredes (ya sean de ladrillo o de seda), en el silencio, en la invisibilidad. Es algo que detesto, ¡CUÁNTOS MALES NOS HABRÍAMOS AHORRADO A LO LARGO DE LA HISTORIA SI NOS HUBIÉRAMOS ESCUCHADO LOS UNOS A LOS OTROS, SOBRE TODO A LAS MUJERES!

Cualquier objeto, situación o persona que viole nuestros derechos a ser reconocidas como humanas, personas PARLANTES y PENSANTES, que sentimos y OPINAMOS debe ser "destruído". Sin lugar a dudas.


Ahora bien, toda esta situación me pone los pelos de punta. Cuando este tema cae en manos de los políticos solo puedo echarme a temblar.
Y esque me vino a la cabeza, a raíz del problema de la pequeña niña musulmana que nadie quería en los colegios... ¿Qué es esto? Negar la educación (que es lo que nos saca del pozo y lo que nos hace libres) a una niña por el hecho de cubrir su cabeza, ¡¿Qué es esto?! ¿No es educación lo que esta niña necesita para decidir por sí misma, para ser libre de llevar puesto o quitarse el burka? ¿O es simple y llanamente que no hace gracia tener personas musulmanas a vuestro alrededor? ¿Es racismo? ¿Es intolerancia a otras religiones? Porque es lo que creo que pasa.

Y si esgrimimos que no son temas de religión los que llevaron a estos colegios a negar la entrada a la pequeña, pensemos otro ejemplo. Imaginemos que una niña española tiene leucemia, y a causa de la quimio pierde el pelo y decide cubrir su cabecita con un pañuelo. ¿Negarías la entrada a tu colegio a esta niña? No, ¿verdad? ¡Y qué casualidad, también tapa su cabeza!

Supongo que son dos situaciones que no pueden compararse, que una es una enfermedad y la otra una religión... pero si lo piensas bien no difieren demasiado una de la otra.


Y lo tercero que pienso es que si tanto defendemos la libertad, debe ser en TODO. Este es el punto que más dudas me crea. Debe haber una libertad religiosa, en la que cada uno es libre de llevar su fe o su no-fe como quiera (mientras no dañe a terceros, que es lo que ocurre con el rollo del aborto, del que hablaré otro día porque si no combustiono). Entonces, si es cuestión de creencias el llevar el burka, ¿quién soy yo para decirles que se lo quiten? ¿Acaso voy por la calle diciendo a los católicos que se quiten los crucifijos? Porque de machismo entienden demasiadas religiones (y quien quiera entender que entienda).
Claro que una cruz no molesta a nadie, no impide su identificación ni te humilla como persona, pero... ¿Qué derecho tengo yo a decirles a estas mujeres que renieguen de sus tradiciones? ¿Cómo vas a implantar una ley que impida su fe a Alá? Yo no me veo con derecho. Y a vosotros, políticos, tampoco.

¡Si hubiera alguna forma de saber si lo llevan por su propia voluntad y no por los hombres (y su machismo) cuán veloz acabaría esto!


Y por favor, señores políticos...un poco de dignidad, que esto no se hace así. Que aquí no hay buenos ni malos. Gracias.

sábado, 19 de junio de 2010

Me siento androide

Cuando me levanto bajo la escalera y voy al baño. Descargo líquidos y me lavo los dientes para acabar con el aliento mañanero que me parece insoportable. Me miro al espejo: "joder, qué ojeras". Aparece la variable, me retiro el flequillo de la cara si voy a quedarme en casa o me lo peino por encima si voy a salir.

Desayuno. Leche con Nesquik y los mismos cereales que todas las mañanas de todos los días de todos los años que recuerdo. Me lavo de nuevo los dientes.

Me siento en la silla y enciendo el ordenador. Me quedo mirando la pantalla, que me devuelve una mirada especular de zombie. Mi madre grita, discute con mi padre. Y yo paso. Abro el spotify y el word, esparzo apuntes sobre el escritorio. Pincho dos veces. World of Warcraft. Mientras carga doy clicks en la cara de Arthas para matar el tiempo. Nivel 75. Paso. Salgo.

Miro mis apuntes, leo dos páginas, el ordenador me llama de nuevo. Blogs. Leer. Debería ponerme a escribir algo. Quizá luego. Mi madre se va, adiós adiós.

Me siento androide, ajena al mundo. "Puta rutina", me digo, mientras pierdo la vista en los folios en blanco. Los apuntes me señalan inquisitorialmente: ponte a estudiar, perra. Pero hago un mohín y los ignoro.

Siento que todo lo sé, como si fuese una estúpida quinceañera que acaba de salir de la discoteca. En realidad no. Es como que estoy de vuelta de todo. Como Pérez Reverte, que ya nada le sorprende.

Me cuesta ponerle ilusión a las cosas, o a la gente. No me gusta recibir puñaladas traperas cuando voy con los brazos abiertos, ni me gusta hacerme falsas esperanzas o qué sé yo.

Estoy a veinte millones de años luz de todo, mordiéndome las uñas con indiferencia porque no tengo otra cosa que hacer. Odio esta rutina, pero me conformo. Me siento como aquél personaje de Albert Camus... ¿Cómo se llamaba? Da igual, no me gustó la novela.

Y cuando salgo, a fingir. A poner sonrisitas y a decir chorradas que ni siento. Porque estoy al otro lado del cristal. Porque todo me parece vacío e ilusorio.

Yo qué sé.
Estoy gilipollas.
Me siento androide.

lunes, 14 de junio de 2010

Preparaos

Burlones.
Rastreros
Atrofiados.

No puedo evitarlo.
Cuando os miro, me parece que estoy viendo a las hienas del Rey León.


Una cosa tengo clara.
No voy a ser vuestra carroña.

domingo, 23 de mayo de 2010

pájaro mudo


Aurora era una chica pájaro.

Tenía un bonito plumaje verde esmeralda en sus alas, tonos azulados y brillantes negros, como si fueran de periquito. Su carita blanca relucía con una sonrisa de ésas que convierten a quien las esgrime en niñas, sus ojos de estaño siempre estaban abiertos, atentos a todo lo que pasaba. Aurora tenía luz propia.

Pero Aurora no tenía voz. Había nacido entre tanta estridencia que no sabía cómo hablar: le apabullaban los pitidos de sus congéneres, le molestaban sus chillidos. Aurora no cantaba, no piaba, no gorjeaba ni silbaba. Se dejaba querer y quizás quería, pero en silencio. Se deslizaba lentamente sobre las aceras con los grandes ojos clavados en el cielo, y a veces se sentaba en el suelo a mirar las estrellas.

A Aurora la habían violado por dentro y le habían encerrado el alma en una quesera de cristal. Algunas aves habían picoteado los restos y las migajas que habían quedado y se habían marchado volando, por lo que a Aurora no le quedaba nada que recoger.

Aurora tenía hogar y familia, una preciosa jaula donde nadie escuchaba. Cada uno intentaba cantar más alto que el otro, chillar más, dominar la situación y a todos los que allí moraban. A Aurora se le inculcó que debía bajar la cabeza ante la élite, ante los ancianos, ante cualquiera más alto o más fuerte. A Aurora le robaron su seguridad en sí misma y se la sustituyeron por filosofía barata. Lapidaron su lengua antes de que pudiera articular su primera palabra, le cortaron las manos antes de que pudiera pegar el puñetazo.

Y lo peor es que Aurora seguía con los ojos abiertos, dándose cuenta de todo, sabiendo lo que ocurría, pero perdonaba. Tenía miedo, pero estaba demasiado paralizada para echar a volar. Cantar para no ser escuchada... ¿de qué iba a servir? ¿Alguien prestaría atención a la letra?

Y es que Aurora era muda porque tenía una jaula donde debía tener su lengua.

lunes, 3 de mayo de 2010

Envidia

Tu envidia es un gusano necrótico cuya hambre nunca será saciada. Deshace los huesos y venas del morador, destruyéndolo desde dentro. Y no se irá hasta que acabe contigo, porque no sabes acabar con él.


Tu envidia es insana, un tumor gigante que se alimenta de vanidad y hiel. De bilis, de rechinar de dientes. Provoca tiroteos en tus ojos y tu lengua, provoca tus risotadas de mono cada vez que logra paladear su “victoria”… victoria que nunca llega y nunca lo hará. Te asignas a ti misma la corona de espinos y te crees reina.


Tu guerra es eterna, mas contigo misma. Nunca lograrás acariciar una cura a tu enfermedad. Los portadores de la envidia nunca sobreviven, nunca superan su sufrimiento, nunca se conocen a sí mismos. Por eso basta con negar, negarlo todo, negar su verdadero ser y dedicarse a tejer. Tejer máscaras y redes de mentira y falsedad, tejer melodías de sirena para dar conciertos, tejer lágrimas de cocodrilo. Una enorme trampa de arañas en la que tú misma has quedado pegada.


Tu existencia será un suplicio continuo, un justo castigo. Y lo único que pretendes dañar saldrá indemne, mientras que tú inexorablemente te hundirás en el fango, en tu alma.


Y, lo creas o no, ésa envidia va a extenderse (como si fuera algún tipo de peste) por cada uno de tus poros, de tus nervios, de tus dedos. Como carcoma y madera, como sacapuntas y lápiz, como cigarro y mechero.


Te vas a consumir sola, como la colilla en el cenicero.

Como polvo en un antiguo hogar abandonado… abandonado al vacío.


Dulces sueños, Su Real Majestad.

Hoy se ha hecho tarde para pedir que me corten la cabeza.



sábado, 1 de mayo de 2010

Ataques nocturnos

¿Conocéis a alguien que hable por las noches, o que sea sonámbulo? ¿Alguna vez habéis sido vosotros?
Hoy he dado con esta entrada de blog por casualidad, ¡es muy divertida! Sobre todo los comentarios de la gente. Me he pasado media hora riéndome de tanto surrealismo. Me encanta.

A mí me ha pasado varias veces eso de vivir demasiado lo que sueño. Omar me ha contado algunas perlitas que he soltado/hecho este invierno. Una de ellas fue despertarlo cogiéndole la cara (arañándole más bien, pobre) porque tenía pesadillas. Y hasta que no me cogió las manos y me dio un beso no dejé de apretarle xD

La otra fue esa misma semana. Creo que estaba soñando con mi madre echándome la bronca, y se ve que fue taaaan larga que en sueños perdí la paciencia y gritando: "CÁLLATEEEEEEEEEE!!!!!" le cogí la boca y se la retorcí.
En realidad lo que pasó es que ataqué a Omar, lo cogí JUSTO del pezón (qué salvaje!) y retorciéndoselo le grité: CÁLLATEEEEEEE!!!!!
Pobrecico mío el susto que debió pasar. xD se despertó preguntándome: ¿¡QUÉ HACEEES!?
Y luego nos empezamos a reír los dos. Fue muy fuerte... ¿serán instintos asesinos? ¿Llegará Omar a los 20 si seguimos juntos? ¿Acabaré mi vida en la cárcel? U__U


Otras perlas de cultivo propio son:

- ¡NOOOO! Simba no te vayaaaaas ¡TE QUIEROOO!
(Tendría nueve o diez años. Me desperté llorando cogida a la cortina como si me fuera la vida en ello)

- ¡Me pica, me pica, me pica! Me pican muuuucho los bolsillos.

- No. No me voy a dormir. Quiero ver los juegos olímpicos. Ponme el pijama. Me quedo en esta casa, pero a dormir no.
(esta vez fue una noche en casa de una amiga. Eran los juegos olímpicos de Sydney y tenía un dilema moral porque estábamos tumbadas en la cama y teníamos que dormirmos, pero yo quería seguir viendo la tele. Cuando vino su madre me encontró dormida con los ojos abiertos, y recuerdo que mantuvimos esta "conversación", muy mandona yo xD)

- Dame el pony y cállate la boca.

- Jijiji... está duro.

Por favor, decidme que no estoy loca y que vosotros también tenéis superpoderes.

miércoles, 28 de abril de 2010

Caballeros de brillante armadura

Emisarios del Reino de Preste Juan

El caballero de azul y negro es Juan, nuestro Rey.
El de la torre roja es Pepe, de Alicante, y es tan Preste como Juan.

(parte 1)

(y esta la parte 2)


Molan los dos.
Molan millones de mogollones.
Son unas personas excepcionales, en serio.

Ante todo, son dos caballeros.

martes, 13 de abril de 2010

Las tinieblas (juego de niños)

Lucas celebraba su décimo cumpleaños, pero la lluvia había fastidiado su fiesta. Su familia era adinerada y ése año habían comprado una mansión en un complejo de urbanizaciones alejado de la ciudad. Un complejo de urbanizaciones que podría ser este.


En realidad aquella casa les había salido baratísima por un lamentable accidente: la hija del constructor, en una de las visitas a la obra, había resbalado y se había matado por la caída. La casa se acabó a toda prisa, obviando los planos iniciales. Todo aquello había quedado en secreto pues los padres de Lucas no quisieron crearle miedos al niño contándole el suceso.


Acabada la merienda, los niños quisieron ir a jugar. Como la lluvia no amainaba los adultos les permitieron jugar en casa. Pasaron un rato con los juguetes, pero pronto se aburrieron y pensaron encerrarse en el sótano para jugar a las tinieblas.


Lucas se negó a ser el primero en buscar porque era su fiesta. Así que apagaron las luces y, en silencio, los niños huyeron por la oscuridad. Uno a uno encontraron su escondite, y antes de que su amigo exclamara “¡diez!”, Lucas estaba solo. Se movió con la espalda pegada a la pared, tan sigiloso que podía escuchar su corazón. Entonces encontró una esquina, y se disponía a esconderse en ella cuando se percató de que estaba ocupada.

Ana, la única niña que había invitado, había encontrado el lugar antes. Tiró de él y lo sentó a su lado. “Si nos encuentran, pagas tú” le dijo. Lucas no estaba de acuerdo, pero no podía hacer nada. Al fin y al cabo, Ana le cedía su escondite.


Oyeron los pasos en la oscuridad. Los niños se encogieron. Cada vez estaba más cerca. Sentían cómo el muchacho pasaba la mano por la pared. Entonces Ana movió el brazo del cumpleañero para que llamase la atención del buscador.

- ¡Estás aquí! –el muchacho palpó la ropa de Lucas- ¡Eres Lucas!

Encendieron las luces y Lucas, muy enfadado, se fue cara a la pared. Las apagó y empezó a contar. Sólo pensaba en vengarse de Ana.

- Uno. Dos. Tres. Cuatro. Cinco. Seis. Siete. Ocho. Nueve. Diez. ¡Voy!

Lucas aguzó el oído y tanteó en la pared. Parecía que no había nadie, pero sabía que cuatro niños más estaban escondidos. ¿Detrás de las cortinas? ¿Junto a la lavadora? ¿En el armario de las herramientas?


Se dirigió al garaje, separado de las otras habitaciones por una puerta abierta. Entonces percibió el movimiento: unos pasos apresurados junto al coche. Lucas sonrió de júbilo y se agachó. La rendija de la pesada puerta de hierro iluminaba una franja de suelo, y sobre éste vio con claridad dos zapatitos de niña, dos pies inquietos. Volvió a ponerse en pie y avanzó en la tiniebla. Rodeó el coche sigilosamente, y entonces tropezó con alguien. Bajó la mano y tocó los cabellos de niña, palpó la piel suave de su carita. Llenó sus pulmones con orgullo y gritó:


- ¡Eres Ana!



Se encendieron las luces. Lucas quedó aterrorizado. Ana lo miraba desde lejos, aún escondida en el armario de las herramientas.

sábado, 27 de marzo de 2010

Una mente propia.

El otro día descubrí entre mis revistas del National Geographic un reportaje que me sorprendió. Trataba sobre lo que son capaces de hacer los animales, esos seres a los que "consideramos" criaturillas estúpidas e indefensas, inferiores en evolución y en valor a los humanos. Aquí os copio algunas de las cosas que leí.
A demás os dejo, si los encuentro, links de ejemplo. A mí por lo menos me parece increíble todo esto. Aaaaay, la biología, mi pasión frustrada!


PULPO GIGANTE DEL PACÍFICO


Los pulpos tienen personalidad propia, usan herramientas, reconocen individuos.
Pueden tapar con piedras la entrada de su madriguera o divertirse disparando agua a botellas de plástico (el primer comportamiento lúdico observado en invertebrados) y al personal del laboratorio. Puede que incluso expresen emociones básicas cambiando de color.


CUERVO DE NUEVA CALCEDONIA


Inventa y usa herramientas, resuelve problemas... algo que se creía del dominio exclusivo de los primates.



... impresionante!

ELEFANTE ASIÁTICO


Tiene buena memoria y estrechos lazos sociales; posee el concepto de sí mismo.
"En estudios realizados, los elefantes asiáticos exploran primero el espejo como un objeto, pero luego parecen darse cuenta de que se están viendo a sí mismos. Se mueven de manera atípica y se tocan repetidamente una marca pintada en la cabeza"

URRACA AMERICANA

Recuerda el pasado y hace planes para el futuro.
Si percibe que otra urraca ha visto el escondite de su comida, la cambará de lugar, porque recuerda que ella misma la ha robado otras veces. También planifican de forma espontánea, basando las reservas de comida en necesidades futuras.


LORO GRIS AFRICANO


Contaba; distinguía colores, formas y tamaños. Tenía una comprensión básica del concepto abstracto de cero.
"Pepperbeg cogió una llave verde y una tacita verde de una de las estanterías. Le puso los objetos delante y le preguntó: ¿igual qué?.
Alex abrió el pico, y sin vacilar dijo: "co-lor".
"¿Diferente qué?", preguntó de nuevo.
"For-ma". dijo Alex.
Durante 20 minutos siguientes, Alex hizo una serie de tests, conscientes en distinguir colores, formas, tamaños y materiales. Realizó operaciones sencillas de aritmética, como contar los bloques amarillos en una pila de bloques de diferentes colores.
Y, finalmente, como para ofrecer una prueba definitiva de la mente que existe en su cerebro de ave, se hizo oír: "¡HABLA CLARO!", exclamó cuando uno de los loros más jóvenes a los que Pepperbeg también estaba enseñando pronunció mal la palabra "verde" .
"¡HABLA CLARO!"

viernes, 26 de marzo de 2010

ssssssh




- Doctor, me siento mal.
- ¿Qué ocurre? ¿Qué síntomas tiene?
- No sé si son síntomas, pero la verdad... la verdad es que soy la reina de los enquistes, los tumores, la ponzoña, y las cosas nunca dichas. Si tuviera que cantar en una canción lo que siento, supongo que no haría otra cosa que tararear. Como si con éso pudiera silenciar todas las voces y palabras que invento por las noches. En realidad lo consigo.
- No sé qué decirle...
- Entonces no hace falta que diga nada. No hay nada más auténtico que un silencio. Y yo soy una experta en callarse cosas.

lunes, 15 de marzo de 2010

Creer y Tener


Es imposible creer en el amor.

El ser humano tiene un mecanismo de autodefensa que consiste en odiar lo que pierde después de llorar por él. Como un niño ama a su osito y, cuando lo pierde, se enfada tanto que acaba dejándolo de buscar después de los mayores esfuerzos por encontrarlo. En el fondo todos seguimos siendo niños chillones y egoístas...

Cuando uno está enamorado, el mundo se vuelve de color amarillo. No, rosa no, amarillo. Parece que todo reluce de oro, incluso el cielo. Nos deslumbra cada detalle, cada pequeño trocito de cristal, cada charco del suelo. Crece un globo en nuestro estómago que nos empuja hacia arriba por el cielo, más allá de las nubes, y nos deja suspendidos para que admiremos el paisaje.

En ése momento el amor forma parte de cada cosa que vemos, de cada poro de nuestra piel, de cada velo que nos colocamos frente a los ojos. El amor ESTÁ. No se cree en él, se TIENE, es TANGIBLE y REAL.

Y, cuando el globo se explota y caes, caes, caes al vacío, el mundo se vuelve de arco iris. Ves cada color tal y como es, se cae el velo amarillo que cubría tu rostro y se queda arrugado a diez metros de tí. Diez metros que, con el cuerpo hecho astillas y puré, te son incapaces de recorrer.

No entiendo a la gente que Cree en el Amor.
En realidad, lo que no entiendo es cómo pueden creer en él.
O lo tienes, o no lo tienes...
siempre puedes soñar que conseguirás ver el mundo de dorado, pero
si no lo ves, no lo es.

En lo que se puede creer es en la felicidad
y en encontrar una persona a la que amar.
Bueno, y que te corresponda.

El Amor por sí mismo no te va a sacar de ningún pozo.
La persona amada sí.

domingo, 7 de marzo de 2010

Días de domingo




Me da la sensación de que tiro mi juventud a la basura, los mejores años de mi vida.

Como si tuviera la piel demasiado corta y el resto de mi cuerpo estuviera revolviéndose contra ésa piel intentando abrirse un hueco o alcanzar una postura más cómoda.

Soy una quejica.

domingo, 21 de febrero de 2010

rutina



Estoy cansada éstos días. Tengo grandes cambios de humor y no sé la razón. A lo mejor es por la rutina, que me agota. Me canso mucho de vivir, simplemente.

Sobre la raza humana, me hastía y me divierte según el momento. Me cansan mi música, mi forma de hablar, mis libros y mis hobbies. Necesito cambios, cambios que me abaniquen un poco la calma chicha. Tengo un desierto dentro y no sé cómo llenarlo ni de qué.

Es como una casa demasiado grande. Nunca sabes qué muebles ponerle para que no queden chicos enfrente de ésas paredes blancas. Nada queda bien. Pues lo mismo.

Debe ser la rutina

jueves, 11 de febrero de 2010

los lobos

Junto al calor de una hoguera , un viejo indio estaba hablando con su nieto. Le decía:

- Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de bondad y compasión.
-Abuelo, dime, ¿cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?

El abuelo contestó:
"Aquel que yo alimente”


_escuchando: Dracum Nocte (Saurom)viendo: nada en especialdibujando: ilustraciones para un concurso_

miércoles, 10 de febrero de 2010

Indignada.


No ha sido una muerte digna.

A un personaje principal no se le puede matar así.
Sin una historia, sin un tiempo, sin un desenlace.

Eras un personaje terrible y hermoso.
Cruel, aterrador, oscuro.
Perverso.
Maligno.

Tenías luz.
Una luz fría y horrible.
Sobrecogedora.

Eras el mejor villano que he conocido.
Eras hielo, enfermedad, sangre.

Menuda mierda.
Descansa en paz, Arthas.

_______________________
Perdonad este frikismo absoluto, pero ME REBIENTA que se carguen personajes MÍTICOS así como así. Parecen gilipollas. No ha tenido ni pies ni cabeza. Ni puta gracia.

jueves, 4 de febrero de 2010

Un mundo sucio.


Éste era Romeo, Rome para los amigos.
Lo llamé así porque siempre se quedaba debajo de mi ventana maullando, era muy pesado, y no me dejaba dormir. Es lo mismo que debió de sentir Julieta, una mezcla de ternura e irritación cuando un tipo se le plantaba debajo del balcón a cantarle serenatas y a no dejarla dormir (bueno, por lo menos en mi imaginación es así).

Romeo alegró mi verja, luego mi jardín, después mi cuarto y por último mi casa. Siempre he sentido pasión por los gatos. Eran seres sagrados en muchas culturas, en Egipto por ejemplo. Me encantan porque nunca podremos poseerlos como se posee un objeto o un perro. Un gato es libre. Es consciente de que sabe cuidarse solo, de que no te necesita, de que es un felino salvaje. Y si se queda es porque quiere, igual que cuando deje de estar a gusto se marchará.

Mi calle es la mejor de toda la ciudad, por lo menos hay diez gatos callejeros. Cuatro me siguen a lo largo de la calle refregándose el lomo contra mis piernas, y acudiendo a que les rasque entre las orejas. El resto se quedan sobre los muros, mirándome con sus pupilas verticales llenas de recelo y relamiéndose los bigotes. Pero de todos ellos, la estrella es Romeo.

Romeo se acercaba con paso tranquilo y la cabeza alta. No maullaba, no bufaba, solamente emitía un ronroneo grave cuando se enroscaba entre mis piernas para reclamar mi atención. No era celoso ni espantaba a los otros gatos, pero trepaba por mis pantalones hasta que lo cogía y lo acunaba en los brazos. Con eso ya bastaba.

Romeo estaba enamorado de mí, y yo de él. Éramos amigos.

Cuando lo dejaba en el suelo me seguía como un perrillo faldero, como una sombra, en completo silencio. Se esperaba a que abriera la puerta de hierro y entonces él se colaba como si fuera el dueño de la casa, luego se sentaba en la terraza a esperar que abriera la siguiente. Se tumbaba en el escritorio mientras yo trabajaba, y ronroneaba de contento. A veces se entretenía jugando con los bolis o con el teclado del ordenador. A veces le hacía pelotas de papel y se pasaba un cuarto de hora persiguiéndola por el cuarto.

Solía meterse en peleas gatunas. Una vez apareció cojo y con la cola rota, otra con una cicatriz en el ojo que me recordaba a Scar el del Rey León. Romeo era un valiente y un Don Juán, pero siempre regresaba a mi casa a recibir mimos y algún otro trozo de pescado, o me saludaba desde el otro lado de la acera con un único maullido cuando llegaba a casa.

Unos gilipollas se divertían contándome cómo hacían "carreras de gatos" sacándoles de sitio la columna vertebral, cómo se rompían el cuello en la huida de semejante dolor. Hijos de puta. Hijos de puta. No sé si se divirtieron más haciéndolo o viendo mi cara de horror mientras me lo contaban. Nunca he odiado tanto a una persona, nunca me he sentido tan aterrada.

Romeo desapareció sin dejar rastro el verano pasado.
Desde entonces sigo esperando oír sus maullidos desde mi ventana.

sábado, 30 de enero de 2010

El deshollinador


Aunque viva ahumado el deshollinador
no hay tipo en el mundo con tan buen humor.


Nunca volví a ver esta película desde que era niña, y desde luego cuando eres un mocoso no te das cuenta de todo lo que esconde una simple película infantil.
Hoy he visto que iban a hacerla un día de éstos en la tele, en Cuatro creo, y me han dado ganas de recordarla, pensando en lo graciosas que eran las canciones de ésta película.

Y cuál ha sido mi sorpresa que de repente le he sacado un montón de dobles sentidos. El desollinador que, servil y hundido entre el hollín, la pobreza y la desgracia, es el único que ve la alegría y la transmite a quienes teniéndolo todo, no pueden verla.

"¡Qué os había dicho!
El mundo entero a vuestros pies.
¿Y quién puede ver esto?
Los pájaros, las estrellas y el deshollinador."

jueves, 28 de enero de 2010

Piezas del puzzle



A veces sólo hay que asumirlo.
No vale la pena forzar, empujar y doblarse para entrar.
Eres tan diferente que el puzzle no tenía sitio para tí desde un principio.


Pero, ¿qué queréis que os diga?
Hoy veo mis colores mucho más bonitos que los de la imagen ya completa.

lunes, 25 de enero de 2010

¿Cuántos huesos tiene el ser humano?



Dicen que un esqueleto humano adulto tiene 206 huesos. Desde que somos niños nos enseñan a conocerlos, desde el occipital hasta el metacarpo, pasando por el fémur, la rótula o el peroné. Dicen que sin estos huesos nuestro cuerpo sería una especie de blandiblú rosa y que no podríamos sostenernos a nosotros mismos.

En mi opinión 206 huesos son demasiado pocos. 206 huesos pueden soportar el peso de un humano, pero ¿pueden soportar el peso del alma? Vale que hay diversas clases de almas (y supongo que cada una pesará de una manera), pero no creo que el parietal, el frontal y compañía sean capaces de aguantar todas las vivencias y sentimientos de una persona. Me resulta difícil entender cómo lo que almacenamos durante toda una vida puede caber en un cráneo de 1300 cm3. Ahí no cabe ni la mitad de la riqueza que un ser humano al azar puede llegar a almacenar (claro que siempre hay tristes excepciones). Por eso nos buscamos otra clase de pilares óseos para aguantarnos a nosotros mismos.


Yo creo que tenemos millones de huesos que crecen, unos más y otros menos. Pero a todos nos sostienen. Éstos huesos son los recuerdos y vivencias de cada persona, las creencias, los consejos, los golpes que te has pegado… son como los cimientos de un edificio en construcción o como las cuadrículas de las libretas. Con el paso de los años te indican los caminos por los que seguir y las decisiones a tomar. Y siempre están allí, para proteger al corazón de otros golpes, hacernos ser mayores y ayudarnos a caminar.

Lo malo de estos huesos históricos es que siempre dejan señal en los órganos, y en ocasiones crecen tanto que nos oprimen el corazón, los pulmones, el estómago o el cerebro, y reviven los momentos malos... hay veces que no nos dejan respirar...

Aún así son los restos de nuestra vida, aquello que engloba todo lo que hemos sido hasta que desaparezcamos. Porque no sólo vamos a dejar 206 huesos en el suelo, sino que los más importantes, los que realmente vale la pena rescatar, quedarán dando forma a las almas de los demás.

martes, 19 de enero de 2010

Omar


Omar estudia física en la universidad.

Tiene los ojos muy oscuros pero muy brillantes. Cuando mira las cosas ve matemáticas. Matemáticas por todos lados. Fórmulas y ésas cosas que yo no entiendo. Y él me las explica, como si fuera un profesor. Y me encanta escucharlo.

También tiene la sonrisa más bonita del mundo, porque cuando sonríe cierra los ojitos como un esquimal y me dan ganas de abrazarlo. Me gusta besar su sonrisa, acariciarla, para que no se le borre nunca. Entonces su sonrisa me regala palabras muy dulces que guardo en una cajita con lazo, para luego abrirlas en recuerdos y maravillarme con ellas.

Su nariz es grande y me encanta. Es una nariz preciosa, muy de hombre, como la de una estatua. Le hace un perfil de señor. No de señor mayor, me refiero a "señorial". Su nariz es de caballero, es severa y recta. Me gusta su nariz.

Siempre está de buen humor, aunque a veces se pone melancólico y le da por echarse laaaargas siestas. Le gusta dormir, remolonear en la cama después de comer hasta mitad de tarde. Dice que está cansado, pero yo sé que lo que quiere es dormir a mi lado. Nos tapamos con las sábanas hasta la cabeza y nos quedamos fritos en un abrazo.

Es fuerte y me gusta refugiarme en sus brazos. Cuando estoy ahí el mundo no existe, y no puedo dormir con otra persona que no sea él. Cuando estoy a su lado no tengo miedo a la oscuridad, ni al Fantasma del Tapón (algún día os hablaré de ésa extraña criatura), ni de Saw.

Es listo, listo, relisto. Más que nadie. Pero él no dice nada nunca porque es muy humilde y no le gusta presumir. Aunque en realidad sí es un poquito "vanidoso" y le encanta que le hagan la pelota. Yo se la hago, pero porque lo siento de verdad. Sabe que si no, no lo haría. Entonces se ríe y me acaricia con sus mejillas. Me dice "aaays..." y yo le sigo diciendo lo bien que toca la guitarra, lo guapo que es y lo mucho que lo quiero.

Por las noches le ronroneo como un gatito y me rasco la carita con su barba de una semana. Me encanta su barba, me gusta recostarme sobre él y acariciarle el mentón con la nariz y con las yemas de los dedos. Cuando hago eso suspira, sonríe y se duerme. Me quedo un buen rato mirándolo dormir y escuchándolo respirar. Y entonces me duermo yo sobre su pecho.

Me gusta mucho cuando se ríe, porque echa la cabeza para atrás y suelta carcajadas muy profundas y muy altas, con los ojitos cerrados. Como si de repente todo en el mundo desapareciera. Me podría quedar horas y horas mirando cómo arruga la nariz y abre la boca para reírse, me podría entretener contando sus dientes blancos de arroz.

A veces bailamos sin música. Cantamos El Reno Renardo, Avalanch y Saratoga. Él coge la guitarra eléctrica y toca mis canciones favoritas, o Dragones y Mazmorras, según nos dé. Yo las tarareo o las canto (las desafino, realmente). Y nos reímos mucho. Acabamos tirados en la cama haciéndonos cosquillas.

Vamos juntos a esgrima, a los mercados medievales a actuar, a dar paseos por el bosque y a cualquier cosa que se nos ocurra. Nos interesan las mismas cosas, y tenemos mucho que aportarnos el uno al otro.

Omar es mi alma gemela.
Con él puedo ser yo misma.
Soporta que lo despierte con un fiero ataque de pellizcos porque soy sonámbula.
Le gustan todas mis chorradas, se interesa por mis cosas, siempre me escucha.
Discutimos sobre quién quiere más a quién, pero por nada más.
Me da besos por el brazo como Gómez a Morticia.

Y lo quiero.