miércoles, 8 de diciembre de 2010

La luna ya no brilla por ti y tu ya no aúllas por ella

Solo una palabra basta para herir un corazón de lobo que está solo. Y digo solo.

Te has quedado sin manada, el bosque ya no ofrece cobijo alguno. Es hora de marchar.

Ha sido la última gota de sangre que quedaba por caer. Has sido. La última.

Como tantas veces que dijiste “adiós” al viento, hoy te vas sin llanto en el rostro, sin hematomas ni cardenales en los dedos.

Eras el último planeta que me quedaba por caer. La última tierra en destruirse, el último trozo de hielo al sol. Y ahora la nieve cae, se acercaba el invierno que avisaba con volver. Llevaba tiempo soplando entre las hojas un temor, llevaba tiempo intentando creer que se trataba de un error. Y ahora la hierba se seca, se mueren las flores, por un momento me quedo sin ver. Y lo triste es que estoy ya cansada de heridas por lamer.

Y prometo no volver a mover la montaña para ti, prometo no ayudarte a buscar la presa, prometo no convertirme en ella. Prometo no volver a compartir cubil ni lobera cuando no hay agua fresca cerca. Prometo no llorar por nada, sé que no secarás mis lágrimas nunca más. Prometo que no tendrás que volver tras mis pasos jamás, prometo que no alzaré mi voz por llamarte… antes muero de hambre.

Prometo que nunca te preocuparás ni sabrás la razón por la que mis manos se crispan. No volverán los fantasmas sonrientes de ayer. La respuesta estará en el horizonte pasado, nunca en los labios de un lobo abandonado.

La luna ya no brilla por ti.

Y tu ya no aúllas por ella.

Me acompañaste tanto tiempo por estos bosques de la vida, que sin ti puede que quede sola, y las noches sean más frías. Pero estoy cansada de aguantar en balde el huracán y la tormenta. Creo que es mejor decir adiós a enzarzarnos en peleas. Así que ya me voy, que todo vaya bien, el sol me guiará…

Solo una palabra basta para herir un corazón de lobo que está solo. Y digo solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario