Se me escapa el corazón por la boca sólo de pensar que se me va el tren.
Me dan miedo todos los raíles, las vías que se bifurcan, estar de polizón y no saber dónde acabaré.
Me dan miedo las estaciones, que siempre se alejan por la ventanilla y no vuelven más.
Creo que no voy a volver, sólo tengo billete de ida... y vamos a tanta velocidad...
Podemos estamparnos en cualquier momento, desviarnos del camino o descarrilar.
Cierro los ojos y respiro hondo, apaciguo mi estómago para no vomitar.
AGUANTA, AGUANTA.
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Tal vez el tren esté esperando aún.
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